Derechos digitales

Derechos digitales



Estamos familiarizados con los derechos humanos universales debido a sus setenta años de vida. Pero desconocemos la existencia de éstos en el sector digital. La protección de datos, la privacidad, la neutralidad de la red o la libertad de expresión e información son derechos telemáticos inherentes a nosotros que, sin embargo, en ocasiones no hacemos cumplir porque los desconocemos

“Los derechos digitales no son nada más que los derechos humanos, individuales y colectivos, pero aplicados a internet”
Diego Naranjo
Experto del European Digital Rights (EDRi)
Una red formada por 39 organizaciones que ha colaborado en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) que entrará en vigor en mayo de este año. A pesar de la relevancia de estos derechos, hasta hace relativamente poco tiempo apenas se les conocía, ni el riesgo que puede conllevar el no ejercerlos. Escándalos como la fuga de millones de datos personales de Facebook o programas ilegales de espionaje realizados por compañías privadas están consiguiendo que nos concienciemos y adoptemos medidas para defender algo que es nuestro por derecho propio. A pequeña escala, las aplicaciones del móvil, que solicitan acceso a nuestros contactos, fotos y otra información personal que no necesita para su funcionamiento, están a la orden del día.

Los principales derechos digitales
Acceso universal e igualitario a internet, sin discriminación de ningún tipo.
Libertad de expresión, información y comunicación.
Privacidad y protección de datos.
Libertad de acceso a cualquier web o plataforma social.
Derecho al olvido.
Protección del menor.
Propiedad intelectual.
Principales preocupaciones del ciudadano
La libertad de información y comunicación, la privacidad, la propiedad intelectual y el derecho al olvido son los derechos que más inquietan a los usuarios de la red, según quedó patente en el Grupo de Trabajo sobre Derechos Digitales de los Ciudadanos, organizado por la MINETAD.

El último estudio de la Unión Europea sobre privacidad digital desvela que los usuarios están preocupados por el abuso de sus datos por parte de las grandes compañías, así como la falta de confidencialidad de la que son víctimas frecuentemente. El 90% de los mismos considera fundamental salvaguardar la información personal de sus dispositivos y seis de cada diez ha ampliado la privacidad de su navegador de internet.

“El ciudadano no debería tener que convertirse prácticamente en un hacker o bucear en las opciones de sus dispositivos para estar a salvo. De la misma manera que no necesitamos ser ingenieros para montarnos en un ascensor y estar a salvo, los ciudadanos deberían estar protegidos por defecto y por diseño” sugiere Naranjo.



El espacio digital




Un espacio virtual es un entorno interactivo adaptado para Internet, que representa escenarios reales o inventados que se han modelado utilizando tecnologías de realidad virtual. La tecnología utilizada para desarrollar estos espacios se denomina VRML.


Regulación de prácticas digitales

A medida que evoluciona, Internet parece necesitar de más y más normas, lo que muchas veces entra en contradicción con su propia naturaleza.
Desde el surgimiento de Internet, se creyó que regularlo era imposible: era un espacio inabarcable. Pero en los últimos años se ha observado un incremento de las regulaciones tanto desde el punto de vista penal como desde el técnico.
La dificultad de tener control sobre Internet radica en su naturaleza cambiante. Internet no es algo fijo, sino que varía como ninguna otra cosa, lo que en la práctica vuelve dificultosa su regulación: las normas creadas hoy pierden validez mañana.
Hoy en día, los temas que más preocupan a los usuarios en cuanto al uso de Internet son: la privacidad y la propiedad intelectual y  entre los temas más discutidos hallamos los denominados “delitos informáticos”.
En la actualidad se está discutiendo a nivel gubernamental la regulación de Internet a través de una iniciativa de ley para prevenir y sancionar los delitos informáticos.

Según lo informado por El Universal, el proyecto denominado Ley Fayad propone tipificar delitos cometidos en Internet como “terrorismo informático” y penarlos con 55 años de prisión y una multa de uno 700 mil pesos.
Según la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) este proyecto es la peor iniciativa legislativa sobre Internet vista en México, no solo por su deficiente redacción, sino porque las medidas propuestas criminalizan los usos más básicos de Internet.






Límites  y alcances de los derechos digitales



Uno de los límites de la digitalización, es el límite físico, la energía disponible para la utilización de todo el ecosistema digital (ver El cénit digital y la digitalización sostenible). El otro es el límite ético, los derechos digitales a la desconexión, al olvido, etc. (ver Por una ética digital).  Si la ética es el proceder por el camino del bien, lo opuesto de la ética es el mal y el daño. Y estos, se producen por el delito y por la enfermedad. Afectan a la esfera individual donde se fundamentan los derechos (ver Digitalizar y castigar: los derechos digitales).

La enfermedad de la digitalización es su abuso. Por ejemplo, el abuso de la utilización del móvil para conectarse a las redes sociales, suele ser una de las formas que afectan a los jóvenes de hoy en día, hasta el punto de sufrir una importante despersonalización y un desenfoque en sus tareas diarias más elementales.
Desintoxicación digital se refiere a un período de tiempo durante el cual una persona se abstiene de utilizar dispositivos de conexión electrónicos, como smartphones y ordenadores, para reeducarse en hábitos, que conlleven un balance entre la vida analógica y la digital.
La delincuencia de la digitalización es el sobrepasar los límites legales definidos para las actividades en el universo digital. Las enormes dificultades desde 1995 para legislar sobre la problemática inducida por Internet y las tecnologías digitales, se han ido resolviendo con lentitud, pero existe un punto irreductible, insoluble, ya que una red descentralizada sólo se puede gobernar con un autogobierno, no con un gobierno centralizado. Los gobiernos actuales tienden a centralizar y convertir Internet en local y a suprimir la neutralidad de la red. La gran mayoría de delitos digitales son idénticos a los del mundo analógico, pero en  al ámbito del universo digital: contra la propiedad intelectual, el abuso digital (o bullying o abuso sexual por medio de dispositivos digitales), fraude, robo, destrucción de datos, contenidos (pornografía infantil), etc. Normalmente son delitos cuyo objetivo o medio son dispositivos digitales. Algo más complejo de catalogar es el hacking y sus derivadas. Wozniak, co-fundador de Apple, fue un hacker, pero en aquellos tiempos, se refería a ingenieros, muchas veces autodidactas, capaces de montar aparatos digitales y ordenadores, mediante el bricolaje de circuitos electrónicos. Incluso hacker se ha utilizado para denominar a programadores de código libre.
La definición racional de los límites negativos de la ética, los delitos y las enfermedades digitales, es el camino imprescindible para una digitalización sostenible. Un paso más allá de sus inicios salvajes.

Comentarios

Entradas populares